Ingredientes (molde 22-24 cm)
- 1 kg de queso crema (tipo Philadelphia, a temperatura ambiente)
- 7 huevos grandes (L) o 5 XL
- 300 g de azúcar blanco
- 500 ml de nata líquida para montar (mínimo 35% de materia grasa)
- 1 cucharada sopera de harina de trigo (unos 15 g)
- Papel de horno
(para un tamaño menor)
- 600g de queso crema (tipo Philadelphia, a temperatura ambiente)
- 4 huevos grandes (L) o 3 XL
- 180 g de azúcar blanco
- 300 ml de nata líquida para montar (mínimo 35% de materia grasa)
- 9 g de harina de trigo (puede usarse maicena)
- Papel de horno
1. Preparar el molde
Usa un molde desmontable de 22-24 cm. Corta un trozo grande de papel de horno y arrúgalo con las manos para que sea más manejable.
Forra el molde con el papel, dejando que sobresalga por los bordes (esto le da el aspecto rústico característico).
2. Precalentar el horno
Enciende el horno a 200 ºC con calor arriba y abajo, sin ventilador. Coloca la bandeja a media altura.
3. Mezclar el queso crema con el azúcar
Pon el queso crema en un bol grande. Añade el azúcar y bate con varillas eléctricas o robot de cocina hasta que la mezcla quede cremosa y sin grumos.
👉 Truco: no batas en exceso, solo lo justo para que se integre bien.
4. Incorporar los huevos
Añade los huevos uno a uno. Bate cada huevo antes de añadir el siguiente, hasta que la mezcla esté homogénea.
5. Añadir la nata
Vierte la nata líquida y mezcla suavemente con las varillas hasta integrarla. La mezcla quedará bastante líquida, es normal.
6. Añadir la harina
Tamiza la harina con un colador para evitar grumos. Incorpórala a la mezcla y remueve solo lo justo para integrarla.
7. Verter la mezcla en el molde
Vuelca toda la mezcla en el molde forrado con papel. Da unos golpecitos suaves contra la mesa para que salgan las burbujas de aire.
8. Hornear
Mete la tarta en el horno a 200 ºC durante 40-50 minutos.
La superficie debe quedar dorada y tostada, con aspecto “quemadito”, y el centro tembloroso al moverla.
⚠️ Importante: no abras el horno durante el horneado.
9. Reposo y enfriado
Saca la tarta y deja que se enfríe dentro del molde a temperatura ambiente.
Luego métela en la nevera durante al menos 4 horas, aunque lo ideal es dejarla de un día para otro.
10. Servir
Desmolda con cuidado, retirando el papel de horno.
Córtala con un cuchillo de hoja lisa pasada por agua caliente (así quedarán cortes limpios).
Se sirve sola, sin toppings: el encanto de esta tarta está en su sabor intenso y textura cremosa.
